jueves, 31 de mayo de 2012

SARMIENTO: EL GRAN MAESTRE


Por Federico Ibarguren

Vayamos ahora a Sarmiento, que esta absolutamente retratado en este discurso que voy a citar enseguida.
En 1882, nuestro “prócer” asume el mas alto grado de la Masonería en la Argentina.
Para Sarmiento –el “ídolo” escolar de mi infancia-, estimulado con semejante titulo directivo: “…ya la ambigüedad no cabe y por mas que él se aferre a sostener que no es ni contrario ni enemigo de la Iglesia Católica, sus actos lo van a demostrar claramente como un enemigo encarnizado de la fe de sus mayores -escribe Pedro de Paoli en su libro: Sarmiento, su gravitación en el desarrollo nacional- ¿Es la masonería la que exige esta actitud? ¿La asume él, Sarmiento, por obediencia a esta institución? Sarmiento, que jamás perteneció a ningún partido, porque él, como realmente lo ha sostenido siempre ha sido en todo momento DON YO, ¿ahora es carne y alma de la masonería y obedece como fiel hijo de ella a sus mandatos? ¿O es que ese sentimiento en contra de la iglesia católica ha venido incubando desde su juventud y ahora hace eclosión al mismo tiempo, que se lo ordena la logia? Sea lo que fuere, el caso es que ahora, sin cortapisa y sin reticencias, Sarmiento, a la luz del día es un encarnizado enemigo de la Iglesia Católica. Y es a partir de este año de 1882 en que él consagra los más de sus esfuerzos a esa lucha. Toda otra actividad suya hasta el día de su muerte carece de mayor relieve. Como ya lo hemos reseñado, desde “El nacional”, diario que él dirigía, atiza el fuego contra los católicos del Congreso Pedagógico presidido por el masón prominente Onesimo Leguizamón. Desligase (Sarmiento) de toda actividad política y personal, y se dedica exclusivamente a la campaña anti-católica; ya no esta en “maestro” ni en político, ahora esta en masón. Se da al cumplimiento de esa misión, su misión (yo diría que desde ese momento no es Sarmiento el gran “maestro” como se nos ha enseñado en el colegio, sino mas bien el “EL GRAN MAESTRE”).
La masonería, institución internacional, tiene tentáculos en todos los países del mundo, así como los tiene en Uruguay, o los tenía; país que por ser fronterizo con el nuestro conviene unirlo en la campaña anti-católica. Por eso, la masonería organiza en Montevideo un acto con la invitación especial de Sarmiento, quien tendrá a su cargo el discurso central. Y así ocurre. Lo invita la escuela de artes y oficios de Montevideo para que presida los exámenes. Sarmiento pronuncia un discurso que quiere ser especializado y no lo logra, se deshace en vulgaridades y gestos un tanto grotescos; pero es que la masonería sabe lo que hace y tiene oculto el verdadero espectáculo, el que se da enseguida; y es una invitación a pronunciar una conferencia en la escuela Normal de mujeres. Este es el verdadero motivo de la invitación y Sarmiento la aprovecha, pues, para cumplir con su misión a saber: un bárbaro (porque bárbaro es) ataque a la enseñanza religiosa y a las hermanas religiosas educacionistas como las de la Santa Unión del Sagrado Corazón. Ahora bien, en 1883, año de esta conferencia de Sarmiento, es el año de la cúspide, de la parábola que el liberalismo traza en su lucha contra todo lo que formó la educación tradicional de la sociedad cristiana, católica por antonomasia. Al decir liberalismos decimos masonería. Pero es también la época en que la Iglesia Católica, acosada en todas partes por la masonería, retempla su vigor y sale a la palestra en defensa de sus principios evangélicos. Es época de misiones educacionales; de propagación de la fe por medio de las congregaciones de la Santa Unión, de las hermanas del Huerto, de la Misericordia, de los hermanos de las escuelas Cristianas, de los Salesianos, etc. Hombres y mujeres, hermanos y hermanas cuya misión inmediata en la vida de evangelización es la educación de la niñez y la juventud según la sagrada doctrina moral y divina de Cristo. De Francia, de España y de Italia sobre todo, salen continuamente estas misiones hacia todo el mundo, una de cuyas partes es nuestro país. La masonería argentina nota enseguida esta expansión de la educación religiosa y les sale al cruce.
Tal el verdadero motivo de Sarmiento en Montevideo. Da su conferencia en la escuela Normal de mujeres. ¿Y de que ha de hablar un maestro de maestros, el educador de América, en un acto de tal naturaleza? -sigo citando a De Paoli-. Pues, ¿De métodos pedagógicos, de didáctica, de metodología? Pues no, Sarmiento no ha de hablar de nada de eso. Primero porque de eso no entiende nada. Y segundo, porque su misión verdadera no es esa, sino la de combatir la enseñanza religiosa católica. Y como no es capaz de hacerlo en forma elevada, con sabiduría, lo hará como es su estilo: chabacanamente, en forma gruesa y hasta soez, concretándose a un ataque inconcebible por lo insultante contra las hermanas religiosas educacionistas. Y así dice que -ahora vienen las comillas, que es lo interesante-: “Se están introduciendo de Europa compañías de mujeres, (“compañías de mujeres” ¿Qué les parece?, como si se tratara de un negocio ilícito de tratantes de blancas), las hermanas de las congregaciones religiosas, para explotar comercialmente el ramo de la educación. Mi deber es indicar ese peligro que amenaza esterilizar las escuelas normales. Estas congregaciones docentes son la filoxera de la religión y el cardo negro de la pampa que es necesario extirpar. ¿Qué vienen a enseñar a nuestras niñas esas figuras desapacibles, hermanas de caras feas, aldeanas y labriegas en sus tierras? ¿Qué pueden enseñarles a nuestras niñas estas ignorantes? Así se mata la civilización.
Aquellas formas de mortajas no pueden servir para educar damas y señoritas. –Continua Sarmiento- vienen de todos los rincones de Europa donde están barriendo y echando a la calle las basuras. Las hermanas que van llegando han dejado de embrutecer chicuelas en las aldeas de Francia y vienen ahora a cumplir esta triste misión entre nosotros. (Bueno, este es el procer argentino de los liberales, ahora el “gran” Sarmiento). Otra vez escribe: “¿Dónde esta el criadero de estos enjambres de abejas machorras, las hermanas educacionistas que vienen a comerse la miel de la enseñanza? Y continua: “...banda de mujeres emigrantes confabuladas que se apoderan de todas nuestras mujeres. En Francia les han quitado la enseñanza porque no valían nada fuera de bordar escapularios. Recuas de mujeres contratadas en Europa, hermandades de extranjeros, de machos y especuladores tonsurados y de hembras neutras. Todas estas comunidades deben ser desconocidas por el Congreso y alejadas de la educación, porque en diez años mas estarán en su poder todas las escuelas del país. Hermanas y hermanos emigrantes, lavanderas y mozas de labor, enganchadas en Irlanda para venir a enseñar a nuestras hijas lo que no saben, en lugar de ser mucamas, para lo que tampoco sirven gran cosa. Las hermanas son intrusas, falsarias, mujeres colectadas en Europa a pretexto de religión, para ganar plata en América.”
Estas arremetidas de Sarmiento –comenta De Paoli- en contra de todo lo que fuese culto católico, no eran acciones aisladas y de francotiradores. Al contrario, obedecían a un PLAN MASONICO bien organizado y bien meditado. Era la preparación del clima psicológico para el gran ataque que bien pronto se llevaría contra la enseñanza religiosa, y el medio de probar cuanta era la fuerza católica con la que se iba a tener que combatir. Cada ataque de Sarmiento era contestado por el diario “La Unión” de los católicos: escribían en ese diario: Estrada, Goyena, Frias, Achaval, Lamarca, y otros de la misma altura intelectual. Frecuente se hacían reuniones católicas las que eran tenidas en cuenta por los liberales masones para calcular el caudal cualitativo y cuantitativo del adversario.

Extraido del libro "Nuestro Ser Nacional en peligro"

viernes, 18 de mayo de 2012

EL ESPÍRITU CABALLERESCO CON QUE RAMÍREZ DE VELAZCO FUNDÓ LA RIOJA


Elena B. Brizuela y Doria

Un gobernante que funda una ciudad histórica, que será un pilar de la argentinidad, pensando ante todo en la gloria de Dios, que pide la intercesión de Nuestro Señor y de la Virgen Madre para "que guíe aquesta fundación", que piensa en el bien espiritual y material de los naturales, que planta el árbol de justicia para que la ley sea respetada, que actúa escuchando el parecer de las personas "de ciencia y experiencia"...
Un mundo que hoy parece irreal y sin embargo existió en la Argentina. Un antecedente que "corre por las venas" de nuestro pueblo.

Transcribimos lo principal del acta de fundación de La Rioja labrada por el Escribano de Gobernación y de Cabildo Luis de Hoyos, con mínimas adaptaciones al modo de escritura actual, para facilitar su comprensión. El acta habla por sí misma, por lo que sólo agregamos algunos subtítulos. El lector podrá recrear el magno acontecimiento, trasladándose a la realidad histórica del siglo XVI.

Acta de fundación de la ciudad de Todos Santos de la Nueva Rioja


[POR LA GLORIA DE DIOS Y DE LA VIRGEN MADRE, A QUIENES PIDE QUE GUIEN LA FUNDACION]

En el nombre de la Santisima Trinidad, Padre, y Hijo y Espiritu Santo, tres Personas y un solo Dios verdadero, y de su gloriosa Virgen Madre, Santa María Señora Nuestra, a quien suplico por su misericordia sea servido de guiar aquesta fundación de pueblo en su gloria y alabança de manera que su Divina Magestad sea servido y su santa fe ensalçada/ y estos bárbaros avitadores* en sus terminos y tierras vengan en conoçimiento de su Dios y criador/



(*nota: “rusticidad, falta de cultura”, cf. Diccionario de la Real Academia Española de 1783)



[CONFIANZA EN LA INTERCESION DE LA SERENISIMA REINA, MADRE DE NUESTRO SEÑOR, Y DE LOS SANTOS]



para lo qual pongo por yntercesora y medianera a la Serenisima Rreyna, madre de Nuestro Señor, y a los bienaventurados san pedro y san pablo, san juan bautista, Santiago, san francisco, san Antonio de Padua, san Pedro martir y todos los santos y santas de la corte del cielo sean ynterçesores con Nuestro Señor Jesucristo, la qual se comienza y haçe en la manera siguiente.


[EL NOMBRE DE LA GOBERNACION: EL DE LOS PUEBLOS INDIGENAS A EVANGELIZAR - …DE SANTIAGO DEL ESTERO, CAPITAL DEL TUCUMAN]



En veynte del mes de mayo de mill y quinientos y noventa y un años, su señoria del señor Juan Rramirez de Velasco, governador, capitan general (y) justicia mayor destas provincias e governacion de tucuman, Juries y diaguitas, comechingones, y todo lo a ella yncluso, por el católico Rey Don phelipe nuestro señor, dixo que por quanto en estas provincias de los diaguitas (…) habia muchos naturales que hasta agora no habían oydo el santo evangelio (…) y porque conviene al servicio de Dios nuestro señor y acrecentamiento de su santa fe y al de la magestad rreal del rrey Don phelipe nuestro señor que estos varvaros no mueran en su çeguedad y sean llamados y atraydos al gremio de su santa yglesia y den la servidumbre y ovediencia que deven a la magestad rreal, y aviendo venido con el dicho intento desde la ciudad de santiago del estero distante mas de sesenta leguas a estas provincias y en ellas visto y mirado la parte mas comoda y comarcana, deseando sean llamados y atraydos de paz y amistad y con mas façilidad puedan venir a oyr la palabra del santo evangelio de manera que el travajo no les sea estorvo para no se aficionar a ella/



[REFERENCIAS CLARAS: EN YACAMPIS, A 4 LEGUAS DE SANAGASTA Y 10 DEL VALLE DE FAMATINA (50 km)]



y aviendo mirado y buscado las partes necesarias y convinientes de asentar un pueblo de españoles para el dicho efecto y que en él haya tierras de sementeras, agua, leña e yerva* (*nota: pasturas) e lo demas necesario para la dicha fundacion hallé sitio y lugar conviniente en este valle que llaman de yacampis, (a) quatro leguas de sanagasta y diez de famatina y en medio de la mayor comarca de los naturales, porque se han descubierto mucha suma de pueblos que hasta hoy no se havian visto ni savido, ni havia llegado a su notiçia el bien que se les sigue de la predicacion evangelica y nuestra amistad y conversación/



[QUE ATIENDA A LOS BIENES DEL ALMA Y DEL CUERPO DE LOS NATURALES]



y de los demas bienes que se les siguen y serviçio que a Dios Nuestro
Señor se haçe en los convertir y traer a verdadero conocimiento, se siguen otros bienes generales para sustentacion de la vida humana, con los quales con mas fundamentos tienen firmeça los espirituales, y muchas tierras açequiadas de rregadio donde se are en seguras labranças viñas y heredades con fundamento firme, (a)demás de que la tierra es aparejada para muchas crianças de ganados, y la principal que se tiene muchas buenas y verdaderas noticias de que hay en ella plata, oro, açogue y otros metales con que los españoles pobladores mejor se podrán sustentar y los quintos rreales y patrimonio rreal ser muy acreçentado y muy servido/



[ESCUCHA EL PARECER DE PERSONAS DE CIENCIA Y EXPERIENCIA]



sobre lo cual, aviendo tomado acuerdo y pareçer con algunas personas de çiençia y esperiencia acordé haçer e hiçe la dicha fundación/



[CEREMONIA SIGNIFICATIVA - Desfile militar - Presencia del estandarte real - Lo recibe del Alférez - Exclamaciones e invocación - El nombre de Todos Santos]

y en presencia de los capitanes y soldados, y de mí, el escribano, su señoria del señor governador* (*nota: el gobernador) (a)pareçió, en la plaça que ha de ser desta dicha ciudad, a caballo, con todos los ofiçiales del campo, en forma(ción) de guerra, enarbolando el estandarte rreal, y su señoria del dicho señor governador se apeó de su cavallo y tomó de la mano del Alferez general el dicho estandarte rreal y lo campeó diçiendo en voz alta: España, España, y estas provinçias por el rrey don felipe nuestro señor, en nombre de Dios y del cual, y de su bendita y gloriosa Madre, y de los santos a quien(es) arriba he tomado por intercesores, y en nombre de la magestad del rrey don phelipe nuestro señor, con cuyo poder lo hago y fundo y pueblo en este dicho valle la ciudad de Todos Santos de la Nueva Rioja y en señal de su fundaçión y población, con mis propias manos hinco este palo y árbol de justicia civil y criminal, con mero mixto imperio, en donde ser executada la rreal justicia de hoy en adelante, la qual dicha fundacion y fijeça de árbol desposicion [haga] que teman en nombre de la magestad rreal de la dicha poblaçion y fundación, y sus terminos y jurisdiçion que adelante señalaré/



[RECONOCIMIENTO A LA AYUDA DEL MAESTRE DE CAMPO BLAS PONCE]



a la qual dicha fundación se halló en mi ayuda como poblador y fundador el capitan BIas ponce, maese de campo general destas provincias, con cuyo pareçer hice la dicha fundacion, y los capitanes don juan rramires de Velasco* (*nota: su hijo), alvaro de abreu de figueroa, el coronel gonçalo duarte de meneses, el capitan Pedro lopez centeno, Juan Bautista Muñoz, sargento mayor del campo Baltasar de Avila Barrionuevo, el capitan Baltasar de los rreyes, el capitan Juanes de artaça, gaspar rrodriguez, hernando rretamoso, antonio alvarez, luis de medina, alonso martin del arroyo, garçia de medina, el licenciado Juan hermoso granero, juan gutierrez altamirano y otras muchas personas que firmaron sus nombres/



[PRUDENCIA Y ELASTICIDAD: POSIBILIDAD DE TRASLADAR LA CIUDAD A UN LUGAR MEJOR]



la qual dicha fundacion hago con cargo e aditamento que si (a)pareciere y se hallare otro asiento en mejor conmarca, mas fértil, util y provechoso, y la dicha poblacion y conversión de los naturales, que lo pueda yo pasar, trasladar y mudar, o el que en mi lugar gobernare, y la justicia mayor concuerda con el cabildo sin por ello yncurrir en pena y no en otra manera alguna, y esto se entiende con licencia mia o del que en nombre de su magestad governare estas provincias.



(firmado) Juan rramires de velasco, BIas ponce, alvaro de abreu de figueroa, fernando rretamoso, don juan rramires de velasco, goncalo duarte de meneses, damian peres de villarreal, gaspar rrodriguez, Pedro de soria medrano, domingo de otaso, Don Francisco maldonado de sahavedra, juan hermoso granero, antonio alvarez, Juan nuñez galvez, Baltasar de los rreyes, luis de medina, Mateo Rozas de Oquendo, Juan gutierrez, Bal- tasar de avila varrionuevo, alonso de carrion, Juan Bautista muñoz, marcos de arroyo, gonçalo de contreras, Pedro Lopez centeno, francisco Romero, melchor de vega, juanes de artaça, Pedro diaz, hernando de hariça, juan rramirez de montalvo, ante mi luis de hoyos, escrivano de governacion y de cavildo. - - - - - - -


(Acta transcripta de: Alejandro Moyano Aliaga, Director del Archivo Histórico de Córdoba en: “LA RIOJA – REVELACIONES DOCUMENTALES ACERCA DE SU FUNDACION”, Junta Provincialde Historia de Córdoba, 1991, Documento nº 2, pp. 21-26. Agradecemos la deferencia del reconocido autor).


Tomado de: http://diariopregon.blogspot.com.ar/2012/05/el-espiritu-caballeresco-con-que.html?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed:+DiarioPregnDeLaPlata+%28DIARIO+PREG%C3%93N+DE+LA+PLATA%29

martes, 8 de mayo de 2012

CORNELIO JUDAS TADEO SAAVEDRA Y RODRÍGUEZ DE GÜIRALDES


EL HOMBRE DE MAYO

En nuestra, adrede, capciosa y difusa historia se lo llegó a tildar del “prócer gris”, expresión irónica que intenta resaltar la exigua importancia que se le atribuye al presidente de la Primera Junta de Gobierno Patrio. Y esto acontece para exaltar la figura de su adversario Mariano Moreno a quien se le atribuye un exagerado protagonismo en las jornadas mayas. Se forja todo un montaje mendaz para erigir la figura del “jacobino” en desmedro de la decisiva actuación de Don Cornelio Saavedra.
No hace falta más que interiorizarse un tanto del papel que jugaron ambos personajes en Mayo de 1810 y años anteriores para que podamos afirmar sin ambages que sin Moreno la revolución se hacía igual (o sea que lo de “numen” es fruto de la imaginación calenturienta de los liberales de ese entonces) pero sin Saavedra era imposible. Hagamos un pequeño ejercicio de lógica y llegaremos a la conclusión que Saavedra disponía del elemento más valioso que se requiere para producir profundos cambios políticos: La Fuerza, o sea, el poder militar que se requería para imponer la emancipación de la Colonia. Sólo con grandes oradores o pensadores no se gesta una revolución, éstos cobran importancia en una etapa posterior de organización, nunca como punta de lanza.
Siguiendo en esa línea de ideas podemos reflexionar que la Patria había nacido ya durante las invasiones inglesas de 1806 y 1807, en donde los criollos debieron valerse por sí mismos para conservar su libertad. Allí también quedó palmariamente demostrada la impotencia de España para proteger sus territorios coloniales. Esta fue la causa decisiva que impulsa al espíritu revolucionario e independentista de mayo y no la “Revolución Francesa” ni los autores de la “Enciclopedia francesa” ni siquiera las revoluciones americanas precedentes, como por ejemplo la de Estados Unidos. Nada templó los espíritus como la autosuficiencia demostrada en aquellas agresiones británicas.

Inclusive desde el punto de vista matemático Saavedra tuvo una larga y trajinada participación efectiva en la lucha por este país en poco más de dos décadas del siglo XIX. En cambio, Moreno fallece al año siguiente de la revolución sin contar que no participó de los Cabildos de mayo, es más tuvieron que notificarle en su domicilio que había sido designado secretario de la Primera Junta.
Nos guiamos por la notable obra de Hugo Wast “Año X” cuando afirma “…La revolución de mayo, fue una revolución militar…” “…El pueblo de Mayo tuvo una intervención tan desanimada en los sucesos de aquellos días, que se puede afirmar que sólo actuó a ratos, como espectador y no como actor…”
Con estas afirmaciones Gustavo Martínez Zuviría (tal su verdadero nombre, Hugo Wast es un seudónimo) intenta demostrar que el pueblo participó con más ahinco y fiereza en defensa de la Ciudad en 1806 y 1807 que en 1810.
Dando por tierra con la imagen escolar de la Plaza de Mayo colmada de público con la anécdota del doctor Leiva, síndico del Cabildo y abogado consultor de Cisneros junto con Moreno, cuando se asoma hacia la plaza y espeta “…y el pueblo,¿ donde está?...” La porción de “pueblo” que participaba estaba movilizado por los jefes militares que exigían un “golpe de timón”. A las 9 y media de la mañana de ese día 25, habían comparecido al cabildo los jefes de los diversos cuerpos existentes en la ciudad: Patricios; Artilleros; Migueletes; Granaderos de Fernando VII; Arribeños; Dragones; Ingenieros; Húsares del Rey, etc. Quien llevaba la voz cantante era Cornelio Saavedra caudillo del movimiento y comandante del célebre cuerpo de Patricios. Incluso es él y otros oficiales quienes ante la actitud dubitativa de los cabildantes comienzan a arrastrar sus sables por las galerías del edificio en maniobra intimidatorio.

Saavedra. Breve biografía

Los Saavedra era una familia de origen andaluz asentadas en América desde el siglo XVI y XVII uno de los más reputados antecesores era Hernandarias de Saavedra.
El 15 de setiembre de 1759 nace Cornelio Saavedra en la villa de Potosí en el Alto Perú, fueron sus padres el capitán Santiago Felipe de Saavedra y De La Palma (Alcalde y regidor de Buenos Aires entre 1770 y 1790) y Doña María Teresa Rodríguez de Güiraldes. Arribó a Buenos Aires a los ocho años de edad y en 1773 ingresó al Colegio San Carlos donde inició cursos de filosofía. Ya en 1801 a raíz de sus estudios y talento fue nominado Alcalde de 2º voto en el Cabildo de la mencionada ciudad.
Tal como lo describe en sus memorias su carrera militar comenzó con las invasiones inglesas. Allí Liniers identificó a los diversos grupos urbanos que se organizaron para la resistencia, entre otros, el cuerpo de Patricios integrado por porteños compuesto por tres batallones con casi 1400 plazas.
Estos combatientes, proclamaron a Saavedra como primer jefe y comandante, el día 6 de setiembre de 1806. El 8 de octubre del mismo año el Virrey Sobremonte le extendía los despachos de comandante graduado de teniente coronel de “La Legión de Patricios Voluntarios Urbano de Buenos Aires”.
Junto a Martín Rodríguez, comandante interino, organizaron y entrenaron la tropa a un óptimo nivel, poniéndolos a un pie de igualdad con los soldados europeos. En enero de 1807 viajó a Montevideo a defenderla de la agresión del general Auchmuty, iba con 600 patricios que integraban un ejército de más de dos mil plazas. A mitad de camino se anoticiaron de la caída de Montevideo y decidieron regresar recuperando un parque de artillería en Colonia del Sacramento trasladando a Buenos Aires el valioso material bélico.
El 29 de junio de 1807, 12.000 ingleses al mando del general John Whitelocke desembarcaron en Barragán y marcharon sobre Buenos Aires. Liniers los esperó del otro lado del Riachuelo con sus fuerzas divididas en 3 columnas. Saavedra por pedido propio encabezó la vanguardia con sus Patricios. En varias jornadas de sangrientos combates con la participación del pueblo de Buenos Aires, el ejército inglés fue rendido el 7 de julio con la capitulación de todos los generales y la evacuación de 7800 soldados. Saavedra había dado buena cuenta de las columnas que encabezaban Pack y Cadogan.
Cuando Martín de Álzaga se alzó contra Liniers (1/1/1809), Saavedra respaldó a este último con toda energía y rápidamente dispersó a los sublevados.
El 19 de Mayo de 1810, reunidos los jefes militares con Cisneros en la Fortaleza, Saavedra impuso sus célebres palabras: “…habiendo caducado el gobierno español el pueblo debería proveer a su propia seguridad…”
Luego de diversas reuniones algunos cabildantes intentan sostener a Cisneros como cabeza de una Junta de Gobierno entre cuyos vocales hacían figurar a Saavedra, pero esta estratagema se diluyó con la definición de los acontecimientos del día 25 con la designación de los miembros de la Primera Junta de Gobierno presidida por Saavedra como no podía ser de otra manera. Ocupando este cargo fue promovido a coronel y luego a Brigadier de ejército
Desde entonces se incrementarán sus divergencias con Mariano Moreno y era lógico, ambos encarnaban dos posiciones irreconciliables en las aspiraciones del país que pensaban organizar. La visión de Moreno era “for export” es decir miraba el futuro con ojos extranjeros, encabezaba el grupo que quería romper no sólo los lazos políticos sino también los culturales con España. Pensaba que nuestros males devenían de nuestro origen hispano generando la leyenda que si nos hubieran colonizado los sajones alcanzaríamos un desarrollo como los Estados Unidos o Canadá, quizás desconocían que Kenia y Zimbawe, entre otras muchas, eran colonizadas por Inglaterra. Adhería fervientemente al liberalismo económico desarrollado por los británicos. Este brusco cambio lo experimento Moreno en muy poco tiempo ya que había sido un defensor de la condición de colonia española que detentábamos, vale recordar que Moreno había participado en 1809 a favor de la insurrección de Álzaga en contra de Liniers.
En cambio Saavedra posaba su mirada hacia adentro del país era un ferviente católico y rechazaba los postulados de la Revolución Francesa y por ello era tildado de conservador.
Estas diferencias no se saldarían con la muerte de Moreno ni con la desmembración del aparato “morenista” en las jornadas del 5 y 6 de abril de 1811 en que se produce la llamada revolución de los “orilleros” porteños que encabezan Joaquín Campana y Tomás Grigera, que apoya Saavedra y que cuenta con el estímulo del Deán Funes.
Saavedra presidió la Junta hasta agosto de 1811 cuando estimó necesario concurrir al norte para reparar el desastre producido en la batalla de “Huaqui” también llamada “El Desaguadero” con la que perdimos definitivamente el Alto Perú.
A la semana de haber arribado a Salta, le notificaron que había sido separado de la Junta y de la presidencia de la misma y los complotados le ordenaban que entregase sus tropas a Juan Martín de Pueyrredón.
Saavedra era acusado de “carlotista” porque había recibido correspondencia de Carlota Joaquina de Borbón, que le solicitaba su apoyo para reinar en Buenos Aires, esquelas que Saavedra nunca respondió.
Quien más difamó a Saavedra fue Bernardo de Monteagudo, sucesor de Moreno en la dirección del periódico “La Gazeta”. Cuando Posadas asumió como Director Supremo se agudizaron las persecuciones a nuestro prócer llegando, incluso, a sustentársele un “Juicio de Residencia”. A la sazón se encontraba en San Juan, desde allí envió instrucciones a su apoderado para que organizara su defensa, pero éste no pudo encontrar ningún abogado que aceptara defenderlo ya que el gobierno de la logia producía miedo en Buenos Aires. La Asamblea del año XIII decidió expatriarlo permanentemente por su participación en las jornadas de la revuelta popular del 5 y 6 de abril de 1811.
Se asiló en Chile donde permaneció poco tiempo ya que producido el desastre de Rancagua volvió de incógnito hacia la zona de Cuyo, pasando necesidades que sólo San Martín mitigó. Tiempo después se dictó una amnistía para los desterrados políticos con la excepción de Saavedra y Joaquín Campana.
Finalmente el Cabildo que sucedió al Directorio de Alvear declaró a Saavedra repuesto en su empleo y honores y el Congreso en 1818 cerró su causa. Pueyrredón le extendió los despachos de Brigadier General de los Ejércitos de la Nación. Presto servicios militares activamente, incluso, en la lucha contra los belicosos indios ranqueles con quienes llegó a concertar la paz.
Con motivo de la muerte del General Antonio González Balcarce, Saavedra asumió el Estado Mayor de Ejército, transcurría la primavera de 1819.
A consecuencia de los acontecimientos de la anarquía del año 20 debió asilarse nuevamente, esta vez en Montevideo de donde regresó en octubre de ese año al afirmarse el gobierno de Martín Rodríguez. Prosiguió prestando servicios militares hasta fines de 1821.
El 28 de febrero de 1822 durante la reforma militar pergeñada por el pérfido y taimado Rivadavia (Siniestro personaje de nuestra historia que inexplicablemente cosecha una gran cantidad de homenajes. No existe pueblo o ciudad de este país que no tengan una calle, una plaza y una escuela que no lleven su nombre) fue pasado a retiro junto con Miguel de Azcuénaga y Juan Martín de Pueyrredón.
En 1826 contando casi 67 años de edad, se ofreció a luchar en la guerra contra Brasil. Gesto que el Ministro de Guerra, Coronel Marcos Balcarce, agradeció.
En las últimas horas del 29 de marzo de 1829 falleció a raíz de ataque cardíaco. El 16 de setiembre, durante el interinato de gobierno del General Juan José Viamonte se decretó que sus restos fueran depositados en un mausoleo del cementerio del Norte (Hoy La Recoleta donde aún permanecen).
Se había casado en 1788 con Francisca de Cabrera y Saavedra, prima hermana suya que falleció 10 años después de cuyo matrimonio tuvo cuatro hijos: Mariano Saavedra y Cabrera (n.1790); Diego Martín Saavedra y Cabrera (n.1792); Manuel José Saavedra y Cabrera (n.1794) y Francisco Saavedra y Cabrera (n.1796).
En 1801 se casó, en segundas nupcias con Saturnina Bárbara de Otárola del Rivero (n. 1771) con la engendró ocho hijos: Agustín José Pío Saavedra y de Otárola (n.1802); Melitón José Saavedra y de Otárola (n.1804); Pedro José Saavedra y de Otárola (n.1805); María Mercedes Saavedra y de Otárola (n.1806); Dominga Saavedra y de Otárola (n.1808); Mariano Eusebio Saavedra y de Otárola (n.1810); Francisco Saavedra y de Otárola (n.1811) y María Francisca Saavedra y de Otárola (n.1815).
Valga esta nota como nuestro sentido homenaje a tan ilustre argentino.

Lic. Carlos Pachá