jueves, 24 de julio de 2014

NUESTRA REVOLUCION NO DEBE NADA A LA FRANCESA (Final)

Por: Hugo Wast


4) La cuarta aparición de Moreno tampoco lo califica como uno de los autores de la revolución. Ni es muy brillante. Sucedió la noche del 22 de Mayo de 1810, en el Cabildo abierto o asamblea de vecinos a quienes se consultó  si el Virrey Cisneros debía o no continuar en el cargo.

La reunión es tumultuosa. Españoles y criollos hablan y discuten. Hasta el modesto presbítero  Chorroarín  pronuncia un fundado discurso.

Moreno permanece durante horas callado e inquieto, y cuando le toca el turno de votar, no se atreve a comprometerse y se limita a decir - ¡desconcertante sobriedad en quien  ha pasado a la historia con fama de fogoso tribuno!- “que se adhiere a la opinión del anterior”.

 El “anterior” era don Martín Rodríguez, comandante de Húsares del Rey.

Después, a uno de los vecinos asistentes, don Vicente López y Planes que le preguntó si estaba satisfecho del resultado, le dice que no y que si ha votado con los patriotas, ha sido “por la insistencia y majadería de Martín Rodríguez”. (Ver capítulo V)

5) Aparición. Esa noche desaparece de la escena como por un escotillón. La explicación de su extraña actitud es muy sencilla. Temiendo, a pesar de sus precauciones, haberse comprometido y no sabiendo cómo se desenvolverían los sucesos, quiere preparase una coartada. Si los patriotas salen con la suya y deponen al Virrey, él podrá hacer mérito de haber votado la cesantía. Si los patriotas son vencidos, él se lavará las manos, alegando que su intervención fue insignificante y por compromiso con el Comandante de los Húsares de Rey.

Sólo vuelve a aparecer el 25 de Mayo, a la hora de la instalación del primer gobierno patrio.

De un hombre que confiesa haber votado la destitución del Virrey sólo “por la insistencia y majadería de Martín Rodríguez”, y después se arrincona y se esconde; de un porteño que da esta prueba de derrotismo en los días sublimes de la Revolución; que desaparece en la noche del 22, cuando no hay peligro, porque todo está consumado, y que al saber su designación como miembro de la Junta se pone a discutir  la legitimidad de lo que se ha hecho, y lamenta perder el sosiego disfrutando hasta entonces; de un personaje tal, ¿ Se puede decir que haya sido uno de los promotores o como dicen en galano estilo: el numen de la Revolución?

El historiador no debe ser un simple cronista, amontonador de datos y de papeles, porque un amontonamiento de datos y de papeles no es una historia, como un montón de ladrillos y de arena no es una casa.

El historiador debe tener criterio y en los casos apurados no limitarse a copiar servilmente a otro.  

Debe sobre todo escrudiñar el significado de los hechos, para lo cual tiene que saber leer los papeles.

Pues bien, he aquí un hecho sobre el que los historiadores nada nos han dicho hasta ahora: Moreno el dia 25 de mayo estuvo oculto en la casa de un amigo. Esta circunstancia, aseverada por su propio hermano no puede ser escamoteada y esta reclamando una explicación.

Vamos a proponer dos, las únicas dos explicaciones posibles, y dejamos a los admiradores del prócer que elijan las que más le acomode.

Es un dilema, del cual no se escaparan: Moreno, al esconderse después del 22 de Mayo o lo hizo sin darse cuenta o lo hizo con toda intención.

En otras palabras:

O se refugió en casa de un amigo para alejarse del tumulto de la plaza y de las calles, indiferente hacia lo que ocurría.

O lo hizo calculando que después de haber votado la cesantía del virrey, era prudente alejarse de los criollos y prepararse una coartada, por si aquello se malograba.

No nos atrevemos a resolver cuál de las dos situaciones sea más lucida para un personaje de tanto fuste en la historia: si el confesar que el 25 de Mayo de 1810 (cuando Saavedra y Belgrano y todos los patriotas se jugaban el pescuezo por independizar a su patria) él no se estaba dando cuenta de lo que estaba sucediendo.

O si, habiéndose percatado de las responsabilidades y peligros de la hora, escurría el bulto por temor de que los godos lo ahorcaran…

Se comprende que sus panegiristas no hayan querido ahondar la exegesis de este episodio; porque cualquiera de las dos explicaciones – indiferente a los sucesos o preparando la coartada – sería un golpe mortal para la gloria del héroe.

Y este es el prócer con cuyo nombre –como el del más glorioso de los autores de nuestra revolución-, en alguna época se bautizó el principal buque de nuestra escuadra, y millares y millares de valientes muchachos argentinos, han llevado en sus gorras un letrero que decía: Acorazado Moreno.

¿Sabían, acaso, historia argentina los que lo llamaron así? ¿No se les ocurrió que si el Acorazado debía asemejarse a su patrono, el día de la batalla, escurriría el bulto y habría que buscarlo en una caleta lejana y a su capitán en lugar seguro, “entretenido con un amigo en conversaciones indiferentes”?

Y cuando lo hallasen y le dijeran: “hemos vencido y aunque Ud no ha estado en el encuentro va a estar en las listas (Martin Fierro) y le daremos participación enel gobierno…” él volveria a su casa, “envuelto en mil meditaciones, sobre si debía o no aceptar el nombramiento”; discutiendo “la legitimidad de los procedimientos que acababan de suceder”; y exhalando su angustia con estas palabras dignas de grabarse en el pedestal de sus estatuas: “El sosiego que he disfrutado hasta aquí en medio de mi familia y de mis libros será interrumpido” (1)

Después de leer el episodio que acabamos de revelar, tomándolo del mas fervoroso de sus biógrafos, que nos muestra al prócer o bien ignorante de la formidable trascendencia de los sucesos, señal de que no los preparó ni le interesaron – o bien temeroso de comprometerse junto con los patriotas revolucionarios ¿Puede nadie seguir llamándolo numen de la revolución?

Por lo tanto, cualesquiera que fuesen las ideas de Mariano Moreno antes de la revolución de Mayo, no pudo infundírselas, porque no intervino en su preparación.

Hasta el dia de la revolución había sido un acérrimo partidario del Rey y de su “suave gobierno”; pero trastornado por su ascenso al poder y sobretodo por ese mal aguardiente del Contrato Social llego de repente a la exaltación furiosa. (2)

Se convirtió en un jacobino de librería, gesticulador frio y ampuloso. Su estilo, tan elogiado por algunos, que no lo han leído, era de penosa sintaxis, cosa rara en aquellos tiempos en que a los tenderos escribían con propiedad; y de mal gusto superlativo.

El retrato que ha hecho Taine de Robespierre se le puede aplicar letra por letra.

“No hay en sus escritos como en su cabeza más que generalidades sin sustancia…todo su vocabulario consiste en un centenar de palabras. Es el fruto seco del espíritu clásico. De la filosofía agostada no ha conservado sino en residuo muerto, las formulas aprendidas, fórmulas de Rousseau, de Mably, de Raynal, sobre el pueblo, la naturaleza, la razón, la libertad, los tiranos, los facciosos, la virtud, la moral, un vocabulario ficticio, de expresiones demasiado anchas, cuyo sentido, ya mal fijado en los maestros, se evapora en las manos del discípulo

“No hay un acento verdadero en su palabra trabajosa, nada más que recetas y recetas de un arte gastado, lugares comunes, griegos y latinos, Socrates y su cicuta, Bruto y su puñal, metáforas clásicas...

“A veces un gran tono de bravura, como se necesita en una parada; a menudo un airecito de flauta, porque en ese tiempo hay que parecer sensible… Lo más chocante es que la palabra termina en acción; que el Trissotin sentimental y declamador se convierte en jefe de Estado; que sus frases relamidas en el escritorio son pistoletazos apuntados tranquilamente contra pechos vivos, y que con un epíteto hábilmente colocado hace guillotinar a un hombre”

“el contraste es demasiado fuerte entre el papel que desempeña y su talento. Con ese talento mezquino y falso como su inteligencia, ningún empleo le convenia menos que el de gobernar a los hombres” (3)

Volvamos a decirlo: la Revolución  de Mayo no debe nada a ninguna filosofía extraña a nuestro ambiente y a nuestras tradiciones y mucho menos al traspapelado jacobinismo de Mariano Moreno.

La historia es la patria. Nos han falsificado la historia, porque quieren escamotearnos la patria.

Notas:
1) Vida y Memorias del Dr. Dn. Mariano Moreno, pag 214
2) “La mauvaise eau de vie du Contrat Social”. Taine: Les orígenes de la France contemporaine. L´anarchie (Paris 1908), t II pag 262.
3) Taine H., Les orígenes de la France contemporaine. La revolution.