Por: Javier Navascués
Andrea Carina Greco de Álvarez: Doctora en Historia y
Profesora de nivel medio y superior en Historia, egresada de la Facultad de
Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo. Recibió la medalla de oro al
mejor promedio en historia otorgada por la Academia Nacional de la Historia. Es
mamá de ocho hijos y abuela de once nietos. Desarrolla una labor docente a la par
que como investigadora. Autora de varios libros de contenido académico sobre la
historia y también de libros de historia para niños.
¿Cómo decidió involucrarse en esta Diplomatura sobre
Hispanidad y qué importancia tiene?
Me involucré en la Diplomatura por invitación del Coronel
Mayor Gabriel Camilli y del Dr. Alberto Mansilla. No lo dudé ni un segundo
porque desde hace muchos años, en rigor desde el inicio de mi carrera docente,
he procurado transmitir los enormes valores de la cultura hispánica y cómo esos
valores forjaron un Nuevo Mundo cuando en Europa todo lo que había significado
la Cristiandad se empezaba a desmoronar y resquebrajar.
Siempre he creído que es indispensable que los pueblos
nacidos del tronco español seamos conscientes de formar un bloque cultural, que
ha sido una de las obras más grandiosas de la humanidad y que estemos
orgullosos de pertenecer a una cultura tan grande, tan generosa, tan pródiga en
obras magníficas.
¿Por qué un ideal tan grande como
la Hispanidad merecía al menos Diplomatura académica?
Porque los frutos culturales de la Hispanidad deben seguir
siendo estudiados y profundizados. Creo que es más lo que desconocemos que lo
que conocemos. Por ejemplo, un gran músico, compositor de la música de las
misiones guaraní-jesuíticas, Doménico Zipoli, fue descubierto recién a mediados
del siglo XX. Zipoli, junto al historiador Pedro Lozano, los misioneros
Nussdorfer, Asperger y Lizardi y los arquitectos Primoli y Bianchi, realizaron
la travesía de tres meses para trabajar en las ya célebres Reducciones
Jesuíticas del Paraguay. En julio de 1717 llegó a Buenos Aires y en agosto se
estableció en el Convento de los Jesuitas de Córdoba donde continuó sus
estudios teológicos, y compuso música que luego se enviaba por medio de
emisarios, a los 30 pueblos que formaban parte de las Reducciones.
En los breves ocho años y cinco meses de actividad en las
Reducciones Jesuíticas, Zipoli compuso una enorme cantidad de música, que hasta
hace poco tiempo era desconocida. Recién en 1959 el musicólogo norteamericano
Robert Stevenson halló, en Sucre, Bolivia copias de su Misa en Fa y sobre todo
en el año 1972, el arquitecto suizo Hans Roth descubrió más de 10.000
manuscritos en la Reducción de Chiquitos, Bolivia, hallazgo considerado como el
de mayor trascendencia para la musicología de Hispanoamérica, en las últimas
décadas. Entre estos manuscritos se encuentran numerosas Misas, Motetes, Himnos
y piezas para órgano. En el otoño de 1725 Zipoli enfermó de tuberculosis, por
lo que fue trasladado a la Estancia Santa Catalina, lugar de reposo de los
padres jesuitas, a 50 kilómetros de Córdoba, donde falleció el 2 de enero de
1726 a la edad de 38 años. Recibió el orden sacerdotal y fue sepultado en el
cementerio de Santa Catalina. Este es solamente un pequeñísimo ejemplo de la
grandeza de ese mundo hispánico en el corazón de América del Sur.
¿Puede poner algún otro ejemplo en el que se irradie esta
riqueza?
Ejemplos como ese hay muchos más. En el siglo XVII en
Chuquisaca existían 4 compañías teatrales que tenían la obligación de producir
4 obras teatrales por año. O sea 16 obras en esa sola ciudad. Cantidad similar
a la de Toledo o Madrid para la misma época. Se entiende la grandeza de esa
cultura que en el corazón, en la entraña misma de América producía mucha más
cultura de lo que hoy sucede en la mayoría de las ciudades. En medio de la
selva de Junín la Biblioteca del Convento de Santa Rosa de Ocopa tenía en el
siglo XVIII 25000 ejemplares. Hasta el día de hoy es una de las bibliotecas más
importantes del Perú, en la que uno de los libros más antiguos está fechado en
1480. Las primeras imprentas llegaron a América para producir libros que
permitieran difundir y expandir la cultura. Todo esto que es enorme, grandioso
y por muchos, desconocido y por eso debe ser estudiado.
¿Cómo una buena formación en Hispanidad puede servir para
refutar el indigenismo y la Leyenda Negra?
Lauro Ayestarán (uno de los especialistas en el músico
Doménico Zipoli) nos recuerda lo que escribía Gustave Cohen en La
grande clarté du Moyen-Age: “Las tinieblas de la Edad Media no son sino las
de nuestra ignorancia”… “Creo que algo parecido acontece con las tinieblas
culturales de la América del sur durante la dominación hispánica” (Ayestarán,
Lauro, Doménico Zipoli y el barroco musical sudamericano). O sea
que si vemos el pasado hispánico como un tiempo oscuro es por la oscuridad de
nuestra ignorancia y no porque realmente lo haya sido.
Pocos años antes de la celebración del Quinto Centenario del
Descubrimiento de América el Dr. Antonio Caponnetto (uno de los catedráticos de
esta Diplomatura) escribió un enjundioso estudio que tituló Hispanidad
y Leyendas Negras; La Teología de la Liberación y la Historia de América (
cuando muy pocos hablaban de este tema). En aquel trabajo se ponían al
descubierto los errores históricos de la Teología de la Liberación; las
Leyendas negras, así en plural pues el autor se refiere allí a las leyendas
lascasiana, liberal y marxista; y las diversas falacias indigenistas.
Finalmente, el profesor Caponnetto desplegaba en el último capítulo: Hispanidad
sin Leyendas Negras, una genial síntesis de los mayores logros de la
Hispanidad. Es que para combatir las leyendas negras no hay otro camino que no
sea el de la verdad. Este es un libro imprescindible que hay que leer o releer.
La mejor manera de acabar con la leyenda negra es conocer la
verdad histórica. Hace un tiempo el periodista español Eulogio López hablando
del libro Nada por lo que pedir perdón del argentino Marcelo
Gullo, escribía que no existe la raza anglo-india, ni la raza franco-magrebí,
ni la raza flamenco-indonesia, pero sí existe la raza hispana,
mezcla de unos conquistadores que tenían sobre sí a una reina
católica, Isabel I de Castilla, que les exigía tratar a los indios como
hijos de Dios. Nada por lo que pedir perdón habla de la
acusación de genocidio contra España. Contrariamente a la difundida y bien
pagada leyenda, fue el imperio español el único que no hizo genocidio en la
Edad Moderna. Pareciera que los hispanos no somos conscientes de esto, a pesar
de tener ante nuestros propios ojos el color de la piel que lo atestigua.
Porque el imperio español fue un crisol de razas y de culturas por eso la
riqueza y la diversidad hispánica es tan enorme y vale la pena conocerla.
También vale la pena conocer los intereses que se mueven
detrás de la leyenda negra. Don Ignacio Tejerina Carreras, un gran hispanista
argentino, cordobés, decía que América es un continente que ha nacido de la
polémica, porque todo el proceso que empezó hace más de 530 años ha tenido
distintas interpretaciones y se ha llegado mucho más a discutirlo que a
comprenderlo. Detrás de todas esas discusiones hubo intereses muy concretos y
reales que se beneficiaban del desprestigio de España y la obra de la
hispanidad. Más contemporáneamente, en el siglo XX hacia los años 80 se produjo
una gran resistencia cuando se formaron en los países iberoamericanos y en la
propia España las comisiones nacionales de homenaje y recuerdo al V Centenario
del descubrimiento de América.
Por esa época algunos dirigentes políticos o movimientos
sociales se pronunciaron en contra de la celebración y tomaron como bandera de
lucha todos los cuestionamientos a la implantación española en nuestro
continente, planteamientos elaborados a través de los siglos en lo que se dio a
llamar la Leyenda Negra. Esa tenaz campaña ha servido a muchos fines
diferentes, a veces opuestos y contradictorios. Sirvió secularmente a los
enemigos y competidores europeos de España como Inglaterra, Francia y Holanda
entre otros, y contra muchos americanos que apoyaron indiferenciadamente
propuestas indigenistas muchas de ellas grandemente justificadas y otras llenas
de un larvado sentimiento antagónico y un odio hacia España y hacia lo criollo.
Por eso es que todos aquellos que reflexionamos sobre la temática de la
conquista y la colonización, nos preguntamos ¿qué beneficios ha aportado a la
unidad, cooperación, entendimiento, estabilidad y mejoramiento de o
Iberoamérica la campaña contracelebratoria del 12 de octubre? Consideramos con
pruebas más que suficientes que una campaña de ese tipo no solamente no ha
aportado nada, sólo ha engendrado división, lucha y marginación. Pero además
esa campaña no hunde el bisturí en la realidad de lo que somos, pues a través
de la asunción de nuestros padres y de nuestro origen podremos gozar de los
beneficios que nos otorga la hermandad y aclaro, no hermandad en la desgracia,
sino hermandad de sangre, biológica, cultural, heredada que nos viene desde
hace más de 5 siglos a través de la historia común.
¿Qué supone para usted ser la directora académica de la
diplomatura junto con el Dr. Alberto Pascual Mansilla?
Por un lado, es un honor, un desafío y una gran alegría. Es
un honor porque entre tantas personas posibles, entre tantos catedráticos me lo
propusieran a mí es algo que me honra y que agradezco. Es un desafío porque
supone poder transmitir todos estos valores y conocimientos de un modo
profundo, efectivo y convincente. Y también una alegría porque hace muchos
años, creo que por el año 2012 o 2013 yo convoqué a Alberto Mansilla a dar
clases en un profesorado en Historia que yo dirigía en aquel momento en una
pequeña ciudad de la provincia de Mendoza en la Argentina, San Rafael, ciudad
en la que vivo. Con generosidad Alberto aceptó y me acompañó en la empresa
aunque había que resolver los problemas de la distancia, del tiempo, de los
pasajes y demás. No era aún tan sencillo, como lo es hoy, poder comunicarse de
manera virtual, sin embargo, pudimos solucionarlo y llevarlo a cabo. Hoy que es
mucho más sencillo para docentes y alumnos que nos interesa el tema poder
reunirnos es realmente una alegría poder hacerlo.
¿Cómo fue el proceso de selección de los diferentes
módulos?
Primero se seleccionaron los profesores y catedráticos
coordinadores de cada módulo y luego a partir de las propuestas de los que se
iban sumando al cuerpo docente se fueron convocando a otros catedráticos que
podían hacer grandes aportes a la temática desde los diferentes campos que
abarca. Desde lo histórico, lo político, lo cultural, lo geográfico, lo
económico y lo tecnológico. Consideramos que por ello ha resultado una
propuesta amplia que puede ser de provecho para personas con diferentes
oficios, profesiones o intereses diversos. La idea de terminar la Diplomatura con
una propuesta de acción comunitaria o de investigación socio-cultural significa
que los módulos y los docentes irán colaborando en la tarea de darle a los
cursantes los insumos necesarios para que, cada uno desde sus propios
intereses, puedan elaborar proyectos de intervención que fomenten la
integración, promuevan la cultura iberoamericana, difundan el orgullo y/o
reconozcan y valoren la herencia común.
¿Estudian implementar nuevos módulos en el futuro?
Por supuesto, la herencia y las obras de la hispanidad son
tan grandes que sería necesario dedicar un módulo a la música, otro a la
arquitectura, la escultura y la pintura, a las danzas y costumbres
tradicionales, a la literatura de cada uno de los países de Iberoamérica, y un
enorme etcétera. Varios de estos temas podrán ir siendo abordados desde
Conferencias complementarias o en las Jornadas de la Hispanidad. Pero
claramente, no se descarta en el futuro, la posibilidad de incorporar nuevos
módulos.
¿Qué nos puede decir del elenco de profesores seleccionado?
Los docentes (desde diversos lugares de la Hispanidad) son
todos profesionales con importantes trayectorias en Universidades públicas y
privadas de distintos países de España e Iberoamérica. Tenemos un elenco
docente encabezado por doctores, ingenieros licenciados y profesores de gran
prestigio con largas trayectorias docentes. Los nombres del Cnel.Mayor Gabriel
Camilli, Rafael Breide Obeid, Antonio Caponnetto, Sergio Castaño, Sebastián
Sánchez, Elena Calderón de Cuervo, Mariana Calderón de Puelles, Liliana
Pinciroli de Caratti, José Luis Orella, Alberto Mansilla, Paulo La Roca,
Enrique Ravello Barber, Sergio Tapia, Lorenzo Carrasco, Guillermo Rocafort,
Luis Roldán, Facundo Casasola, Daniel Acuña, Mariano Villegas, Diana Ceballos,
Héctor Giuliano y Román Fellippelli, nos remiten a los trabajos e
investigaciones que cada uno de ellos ha desarrollado en temáticas vinculadas a
la Hispanidad. Todos los profesores que integran el cuerpo docente de la
carrera se inscriben en corrientes de pensamiento que valoran la tradición
hispánica y su legado en América. Sus obras (libros, artículos, conferencias)
abordan temas como la identidad hispanoamericana, la historia de la Iglesia en
América, la filosofía política hispánica y la relación entre España y América.
¿Qué importancia tienen para la Hispanidad el pensamiento
de Zacarías de Vizcarra, Ramiro de Maeztu y Leopoldo Lugones?
El Padre Zacarías de Vizcarra (1879-1963) es un
adalid de la Hispanidad. Fue un sacerdote vasco que vivió durante varios años
en la Argentina. Fue él quien acuñó el término en 1926, en el artículo «La
Hispanidad y su verbo» publicado en Buenos Aires cuando estaba al frente de la
Basílica del Sagrado Corazón. Monseñor Vizcarra (ya que luego fue Obispo de
Ereso) Hispanidad, continuaba el obispo, «significa, en primer, lugar,
el conjunto de todos los pueblos de cultura y origen
hispánico diseminados por Europa, América, África y Oceanía» y «expresa,
en segundo lugar, el conjunto de cualidades que distinguen del
resto de las naciones del mundo a los pueblos de estirpe y cultura hispánica».
En un libro llamado Vocación de América, por ejemplo, tiene un
capítulo dedicado a Santiago Apóstol, el Padre y Fundador de la Iglesia que se
extendió por todo el Nuevo Mundo, por corresponder a su herencia espiritual las
frondosas ramas del árbol plantado por el apóstol en la Península Ibérica.
Santiago es el Padre en la fe de la Iglesia ibérica por eso
América es una parte integrante de la gran rama de la Iglesia Católica que es
la Iglesia Jacobea (hija de la predicación de Santiago) extendida por todo el
hemisferio occidental. Santiago predicó la fe en España y luego de su temprana
muerte, continuó creciendo la semilla que él había plantado allí y él continuó
asistiendo e inspirando a sus sucesores en cada época de la historia, adoptando
para ello los medios que reclamaban las circunstancias. Los cronistas de
América dan cuenta con pruebas patentes de la devoción que profesaban hacia el
Apóstol Santiago los pobladores del nuevo mundo, tanto los blancos como los indígenas.
Consta en esas historias la solemnidad, pompa y regocijos populares con los que
se celebraba su fiesta en América. El P. Zacarías Vizcarra nos dice que hoy nos
queda como prueba de la amplitud y arraigo de esta devoción la larga lista de
poblaciones, ríos y montes que llevan su nombre. El sacerdote español menciona,
en un rápido repaso, más de 150 lugares entre los que figuran los nombres de
ciudades tan conocidas e importantes como Santiago de Chile, Santiago de Cuba,
Santiago del Estero, Santiago de Caracas…
Ramiro de Maeztu (1874-1936) fue un destacado
ensayista, novelista, poeta, crítico literario, teórico político español y
diplomático español. Llegó a la Argentina como embajador de España en 1928 y
aunque sólo permaneció aquí dos años, hasta 1930 fue en esa época en la que
producto del encuentro con Zacarías de Vizcarra, que significó un punto de
inflexión en su vida, y la convergencia con los discípulos de Leopoldo Lugones
contribuyeron a la evolución de su pensamiento a lo largo de su vida. Inicialmente,
había mostrado afinidad por el pensamiento de Nietzsche y el darwinismo social.
Pero más tarde, se convirtió en un defensor de la tradición católica y de la
Hispanidad, que promovía la valoración del legado cultural y espiritual de
España en América Latina. Como miembro de la Generación del 98, participó de
las reflexiones sobre la identidad de España tras la pérdida de sus últimos
dominios de ultramar en 1898 (Cuba y Filipinas).
El argentino cordobés Leopoldo Lugones (1874-1938),
fue una figura central de la literatura argentina, que también participó en los
debates sobre la hispanidad, aunque su enfoque y evolución fueron particulares.
Lugones experimentó una notable transformación ideológica a lo largo de su
vida. Comenzó con ideas socialistas y evolucionó hacia posturas nacionalistas y
conservadoras. Esta evolución lo llevó a valorar cada vez más la herencia
hispánica en América. En su etapa final, Lugones defendió los valores
tradicionales y la importancia del legado español en la cultura argentina.
Esa evolución tenía muchos puntos de contacto con la del
propio Ramiro de Maeztu, lo que probablemente hizo que se influyeran
mutuamente. Lugones llegó entonces a considerar que la herencia hispánica era
un elemento fundamental de la identidad nacional. La Argentina de principios
del siglo XX era un crisol de culturas, con una fuerte inmigración europea. En
este contexto, la cuestión de la identidad nacional y la relación con España
eran temas de debate. Lugones, como muchos intelectuales de la época, buscó
definir la identidad argentina en relación con su pasado hispánico. De igual
modo que los hombres de la generación del 98 buscaron respuestas al problema de
la identidad también Lugones y todo su entorno intelectual buscaban las raíces
de la identidad. En esa búsqueda ambos grupos confluyeron en la valoración de
la Hispanidad. Por eso creemos que es un buen fundamento comenzar por aquella
búsqueda y el subsiguiente hallazgo.
¿Qué supone para usted poder profundizar en estos
autores?
Para mí, para el resto de los docentes como para los
cursantes creo que el reencuentro con estos autores es el magnánimo ejercicio
de recordar, o sea volver a pasar por el corazón esos textos y el pensamiento
de los autores. Porque se trata de conceptos y conocimientos que son al mismo
tiempo verdades entrañables, porque pertenecen a nuestra identidad, a lo que
somos. Podemos acercarnos a ellas con una simple y sincera curiosidad
intelectual pero difícilmente podamos permanecer en una actitud tan distante
cuando todo lo que somos en el mundo, nuestro talante se encuentra impregnado
de estas ideas y de este modo de ser.
¿Dónde pueden inscribirse y obtener información los
interesados?
Para obtener información deben dirigirse a elevanargentina@gmail.com.
Es importante inscribirse para poder reservar la vacante.
Desde la secretaría de ELEVAN responderán a todas las inquietudes y
solucionaremos los inconvenientes planteados.
Por Javier Navascués
Tomado de: https://www.infocatolica.com/blog/caballeropilar.php/2503180447-andrea-greco-el-imperio-espan