Enrique Díaz Araujo dedica un trabajo a David Rock, a quien describe como enemigo de su objeto de estudio, esto es del Nacionalismo Argentino. Creo que la calificación es perfectamente aplicable al personaje del que me quiero ocupar en esta ocasión: Loris Zanatta, que también tiene una serie de obras destinadas al nacionalismo argentino, y en particular al objetivo central del mismo que es restaurar la Patria en Cristo . Don Zanatta viene a advertirnos que todo eso de creer que la Argentina es de Cristo no es más que un mito, y que encima es la causa principal de todos los males que nos han agobiado a lo largo del siglo XX. Frente a tan gran mal, Loris nos ofrece crear una República secular, pluralista y democrática. O sea, el gran proyecto alfoncínico. Y todos felices.
A propósito de la elección del Papa argentino don Loris volvió a las andadas. Esto es a las sanatas. Y ha publicado un libro que ha denominado “La larga agonía de la Nación católica. Iglesia y dictadura en la Argentina”. Y vuelve sobre el argumento remanido: la Argentina en el siglo XX, en particular desde los años 30, ha sido víctima de un “Mito” que le ha costado ríos de sangre. De este mito, que se expresó a partir de los orígenes del nacionalismo, todos se han querido apropiar. En los 40, el Peronismo. En el 55, quienes derrocaron al Peronismo. Ya en los 60, y principios de los 70, los grupos insurgentes hicieron su apropiación del mito, refundándolo en los principios del tercermundismo. Con el Peronismo nuevamente en el poder, los dos bandos del Movimiento se enfrentaban como intérpretes de esa “visión totalitaria” de la “Nación católica”, la cual no daba margen para la pluralidad y la secularidad. Afianzada el ala “derecha” del Movimiento, los violentos sectores de esa línea recibieron un fuerte influjo del Nacionalismo. Pero el colmo de los males, no podía ser de otro modo, llegó cuando las FFAA se hicieron con el poder imponiendo el terror desde el Estado. La “mayor masacre” del siglo XX fue perpetrada en nombre del “Mito de la Nación Católica” .
Intentemos a continuación responder escuetamente a algunas de las mentiras contenidas en la obra en cuestión. En primer lugar, que la Argentina es católica no es un mito. Aquello que fue afirmado por los obispos argentinos en el año 1959 –“Católico es el origen, la raíz y la esencia del ser argentino” -, fue mostrado con abundancia de documentación en obras como la del eminente Vicente Sierra “Así se hizo América”, y en la del erudito y ejemplar sacerdote Cayetano Bruno “La Argentina nació católica”, por citar sólo dos obras relevantes; y expuesto con profundidad metafísica por el mártir Jordán Bruno Genta en “Guerra Contrarrevolucionaria”. En realidad podríamos citar a la mayoría de los grandes maestros del auténtico Revisionismo argentino. Pero como esto se trata de un artículo, para muestra basta un botón.
La segunda mentira comprendida en la obra “sanatiana”, es que la lucha por la ciudad católica ha sido la causa de la sangre que corrió en Argentina. Si hubiera continuado el proyecto liberal, secular y pluralista anterior a los años 30 nos habríamos ahorrado multitud de males, nos dice don Zanatta. La verdad es muy opuesta a esto que plantea Loris. La violencia la impuso la generación liberal que arrasó a sangre y fuego con la Argentina criolla, después de1852 primero; y, en particular, a partir de 1862. También fue violencia, sobre todo de tipo espiritual, la que ejerció la generación “ochentosa” cuando impuso el laicismo en la escuela y en la familia, desvirtuando por la fuerza dos pilares fundamentales de la catolicidad argentina. Y nuevamente fueron los liberales los que usaron de la violencia en 1956 procurando afianzar crudelísimamente la “libertad” conquistada un año antes. Y los responsables de la sangre derramada en los 60 y 70 no fueron nacionalistas católicos –que fueron sus víctimas -, sino la izquierda marxista, es cierto que infiltrada en algunos sectores católicos, pero fue en nombre de la “Patria Socialista” que mataron, y no de la Patria Católica. A partir de1976 –en realidad desde un poco antes-, el Proceso militar aplicó una metodología de guerra antisubversiva cuestionada desde el principio por el Nacionalismo.
Zanatta, por favor déjese de sanatear. Los males de la Argentina, y de la Civilización Occidental en general, no vienen de la adhesión a Cristo, sino de la apostasía.
Lic. Javier Ruffino
Lo de la Argentina católica ciertamente no es un mito, pero tampoco una realidad. Yo diría que es más bien una expresión de deseo.
ResponderEliminarArgentina no nació con el catolicismo, no hubo nada católico en su momento fundacional. Lo católico estaba presupuesto, y de hecho lo anti-católico fue una de las motivaciones fundacionales.
1930 fue el momento más católico que tuvo el país. El General Uriburu y los próceres del glorioso 6-S lo vislumbraron: el nacionalismo argentino brotaría del pedir perdón y ponerse a rezar. Este país necesita la redención por su pecado secesionista, y abrazar el Evangelio era el modo de salvar a la Patria.
4 años de tardanza pero quiero señalar el error. Decir que Argentina no nació católica conduce a dos conclusiones;
Eliminar*o no se sabe cuando empieza a existir la nación argentina
*o no se sabe con exactitud qué es la nación argentina.
En cualquiera de las dos formas. El catolicismo está tan impreso como la marca que le hacen a nuestras vacas pa que no se pierdad. Un abrazo.
Hoy no es una realidad, es muy cierto, pero Argentina en sus origenes, que se remontan a las primeras fundaciones Españolas y al espiritu con las que las mismas se hicieran si es netamente católica. Con lo demas que dice el anterior opinante estoy absolutamente en desacuerdo. No hay pecado secesionista alguno- esa es la teoria de los arqueologistas de la politica- y para rescatar la patria hay que hacer muchas cosas además abrazar el evangelio. A Dios rogando y con el maso dando. Muy buen articulo Javier
ResponderEliminarArgentina, nacio en 1520 como catolica, hija de España. Pero luego de los Castelli, Rivadavia, Mitre, Sarmiento, etc. termina siendo una nacion catolica. Como bien dijo el comentarista anterior, en 1930 el Gral. Uriburu pretendio una restauracion, pero vivio poco y fue desplazado por el mason Justo. Peron comenzo como un restaurador catolico y termino siendo enemigo. Ongania parecia ser otro restaurador, pero lo desplazo el mason Lanusse. Y ahora tenemos un gobierno decididamente anticatolico.
ResponderEliminarLa nación católica es independiente de su gobernante, ya que esta mantiene un origen y una tradición que no variará por la existencia o intensiones de un solo sujeto, a no ser que este sujeto dirija un movimiento de masas enorme que termine desbancando la tradición mayoritaria.
EliminarNi el liberalismo de Rivadavia y sarmiento y todos esos pudieron liquidar la catolicidad. Es un mito creer que "renace" con Uriburu y luegl intenta renacer de nuevo y de nuevo.
SIEMPRE ESTUVO VIVA, que los gobernantes hayan sido masones apóstatas no implica en absoluto que la iglesia haya dejado de ser la institución mas popular del país. Todavía hoy, pese al estado agónico de la iglesia y su canallesca jerarquía, sigue siendo el movimiento de masas mas importante y arraigado del país. ¡aDIOS! Nos hablamos otro día, si DIOS QUIERE...