miércoles, 10 de agosto de 2022

Güemes Primer Gobernador Autónomo de Salta y su lucha por la Patria Grande

 

Prof. Jorge E. Camacho Ruiz

El Gral. Martín Miguel de Güemes, luego de derrotar al ejército realista en Puesto del Marqués en 1815, fue aclamado gobernador de la Intendencia de Salta un 6 de mayo de ese mismo año, convirtiéndose así  en el primer gobernador autónomo elegido por el pueblo de Salta, ya que  hasta entonces los gobernadores eran designados en Buenos Aires.

Un año antes el Director Supremo Gervasio Posadas, había dividido la Gobernación de Salta del Tucumán, en dos Intendencias: la de Salta, que abarcaba, Salta, Jujuy, Tarija y la parte occidental del Chaco y Formosa; y la del Tucumán que comprendía Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca.

Junto al cargo de Gobernador, Güemes, ejerció el comando de las fuerzas armadas de la Intendencia hasta su muerte ocurrida seis años más tarde; por lo que tuvo que lidiar con la realidad acuciante en tiempos de guerra y carestía, lo que lo obligo a tomar medidas poco simpáticas, puesto que afectaron a estancieros y comerciantes, resintiendo la economía de la antes esplendida Intendencia, alimentando así la a sus opositores y los enemigos de la causa patriótica.

Entre esas medidas odiosas estaban: la prohibición del comercio con el Alto Perú (que favorecía a los realistas que se abastecían de mulas en territorio salteño), medida impuesta anteriormente con el acuerdo del Gral. Manuel Belgrano; la eximición del pago del arriendo a los gauchos que no cobraban sueldo y estaban al servicio de la Patria (“estos pagan con su sangre decía” Güemes); y la implementación e incremento del tipo de monto de contribuciones obligatorias a favor de la causa Patriota.

Pero volviendo sobre las circunstancias en las cuales fue elegido Gobernador. El Directorio debió aceptarlo pues no tenía más alternativa, dadas las tempestades políticas del momento. Tengamos en cuenta que en ese momento se presentaba un cierto vacío de poder político a nivel nacional. El Director Supremo Alvear había sido depuesto un 10 de abril de 1815, asumiendo transitoriamente el gobierno, el Cabildo de Buenos Aires, hasta el nombramiento del nuevo Directorio como sucesor, designándoselo a Rondeau y a su remplazante Álvarez Thomas, por encontrarse el primero al frente del ejército del norte. Tampoco podemos obviar la influencia de San Martín en la actitud de Güemes y de un Álvarez Thomas, quién fuera éste el promotor de la sublevación de Fontezuela, contra Alvear opositor político de San Martín, en inteligencia con un “partido vecinal” en donde uno de sus participantes fue el señor Escalada, suegro de San Martín.

Además tengamos presente que bajo esas circunstancias los directoriales porteños, también se vieron forzados a aceptar a gobernadores autónomos como José Javier Díaz en Córdoba o Francisco Candioti en Santa Fe. Esa etapa de las autonomías versus centralismo fue anterior a lo que como resultado de esa confrontación haría su aparición seguidamente dos sectores políticos irreconciliables, el federalismo y el unitarismo, y por la cual tanta sangre se derramaría.

La elección de Güemes como gobernador, no sólo fue popular, esto es con el apoyo de todo el pueblo salteño en general, sino también con el respaldo de la gente más distinguida, entiéndase bien, no se trataba de un sufragio mediante las urnas como en la actualidad, no. Eran los representantes del Cabildo los electores, pero en esta ocasión con la algarabía de un consenso generalizado.

Güemes, una vez en el ejercicio del gobierno se dispuso a buscar el consenso de una ciudad hostil como Jujuy y finalmente lo logró. Posteriormente, durante los intensos debates en torno al congreso de Tucumán, Güemes en sintonía con San Martín, y en esos momentos, apoyó la monarquía constitucional; como también luego y desde su autonomía provincial apoyó la Constitución de 1819 y la unión nacional, a pesar de que muchos gobernadores de las provincias la rechazaran por centralista, Güemes lo hizo, por razones pragmáticas, ante la urgencia y la importancia de la unión, a los efectos de que no mermaran los recursos y los apoyos logísticos necesario para nutrir a las fuerzas del norte, tan necesario para la lucha contra los invasores realistas.

Al respecto entre los historiadores se desato un gran debate, entre los que sostuvieron que Güemes estableció así su adhesión al unitarismo y los que lo afiliaban con el federalismo.

No cabe duda que Guemes al aceptar su cargo como gobernador autónomo, tiene un ineludible vínculo con el federalismo y en absoluto con el unitarismo. Pero Güemes concibió un federalismo desde su propia coyuntura, es decir en el contexto de la lucha por la independencia. O sea que para entenderlo debemos ahondar en su percepción política, puesto que siempre combatió el anarquismo rioplatense, sea este de tendencia unitaria o federal que ponía en peligro la causa de la independencia. Ocurre que desde el lugar geopolítico en el cual se encontraba,  para Guemes era más urgente y fundamental terminar la guerra con España y conservar el territorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata en forma íntegra, que la definición por la forma federal o unitaria de gobierno; y esto lo pone a la altura de los sueños de un Belgrano y un San Martín, por consolidar la Patria Grande y evitar la disgregación pergeñada por la inteligencia del imperio británico de lo cual contaba con información reservada.

Pero ¿de dónde le procedía esa fuente de información? De su ministro de hacienda Pedro de Cevallos, éste era hijo del creador del Virreinato del Río de la Plata, nada menos; y por herencia familiar y una tenaz labor investigativa, se lo consideraba el más entendido sobre los proyectos y ambiciones lusitanas y británicas. De todo esto nos da cuenta un informe geopolítico del año 1816 del tratadista Miguel José Lastarria y Villanueva (1). Pero además Güemes quién había tenido su bautismo de fuego combatiendo durante las invasiones inglesas en 1806 y 1807 estaba totalmente compenetrado de quiénes eran nuestros históricos enemigos.

Si Güemes con su ejército hubiese logrado unirse con San Martín en el Perú, como estaba planificado, muy difícilmente se habría disgregado las Provincias Unidas del Río de la Plata, y la Patria Grande se hubiera preservado. Curiosamente, cuatro  días antes de que Güemes emprendiera la marcha hacia el Perú, fue herido de muerte, triste fue su destino, el de su familia, y así también se consumieron los sueños de una gran Nación Bioceánica.

Finalmente cabe señalar respecto al Federalismo de Güemes, lo que el historiador Atilio Cornejo en su Historia de Güemes, expresa: “El federalismo de Salta consistía en el respeto que exigía de sí misma como integrante de las Provincias Unidas. Aspiraba a colaborar en la dirección de los destinos de la Nación y en su grandeza, no como Salta en sí misma, sino como la Argentina. No era un espíritu local el que la animaba, sino nacional. Más se preocupó de la Patria grande que de la Patria chica; más de la Nación, que de sí misma. Por ello también, de ella se olvidaron y permaneció tanto tiempo pobre y abandonada; pero, siempre, guardando celosamente sus tradiciones y sus glorias en cerrado cofre, junto con el perfume típico de su personalidad que la distingue. Y así como Salta fue firme columna de la libertad, como reza la leyenda de su escudo, fue también columna de la unidad nacional” (2).

 

Notas:

1.       En Estrategia Nº 58, mayo – junio 1979, El Cid Editor: Un Informe Geopolítico del Dr. Miguel de Lastarria en 1816.

2.       2da. edición, Artes Gráfico S. A., Salta, 1971, p. 171.

 

 


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