Por: Edgardo Atilio Moreno*
De un tiempo a esta parte, en nombre del Hispanismo, se ha venido desarrollando una corriente de opinión, conformada por escritores, divulgadores y aficionados a la historia, que no solo repudian los hechos de Mayo de 1810, negando la existencia de un mayo hispánico y monárquico enfrentado a un Mayo liberal y jacobino; sino que además, se han dado a la innoble tarea de denigrar a todos, absolutamente a todos, los protagonistas de aquellos hechos, injuriándolos sin razón y de la forma más alevosa.
Uno de los agraviados por los ataques de estos españolistas –a quienes podríamos calificar de ideológicos, en tanto que falsean la realidad histórica para adecuarla a sus preconceptos-, es el ilustre prócer don Cornelio Saavedra.
Increíblemente, respecto de este hombre, que se destacó luchando contra el invasor inglés y que fue un claro exponente del Mayo genuino y legítimo, se afirma que estuvo juramentado al servicio de Inglaterra, acatando sus órdenes y traicionando su propia honra.
No vamos a negar aquí que en la Buenos Aires de principios del siglo XIX había una minoría de hombres vinculados al comercio con Inglaterra que bregaban por una política económica de “libre-cambio” y con tener “relaciones carnales” con Su Majestad Británica. Eso es absolutamente cierto, y bien sabido es que cuando sucedieron las invasiones inglesas hubo quienes saludaron alborozados la llegada del invasor.
Al respecto, un capitán ingles que participó de la primera invasión, Alexander Gillespie, cuenta en sus “Memorias” que: “teníamos en la ciudad algunos amigos ocultos, pues casi todas las tardes, después de oscurecer, uno o más ciudadanos criollos acudían a mi casa para hacer el ofrecimiento voluntario de su obediencia al gobierno británico y agregar su nombre a un libro, en que se había redactado una obligación.” Agregando que los firmantes de la lista llegaron a cincuenta y ocho. Posteriormente, producida la revolución de Mayo, Gilliespie afirmaría que de los miembros que conformaron la Primera Junta de gobierno “tres se registran en esa lista”.
Estos dichos, que son tristemente ciertos, obviamente llevan a plantear la pregunta de quiénes serían los tres personajes aludidos. Sobre uno de ellos no hay lugar a dudas, pues el mismo Gillespie lo dice expresamente, era Juan José Castelli. Respecto a los dos restantes se podrían tejer diversas conjeturas, aventurar hipótesis, etc. Sin embargo los españolistas ideológicos no tienen ninguna duda, para ellos esta todo claro, uno de los firmantes fue don Cornelio Saavedra. Dicho lo cual, toda injuria y todo agravio contra su persona será una obra de bien, una “defensa de la Hispanidad” y una señal de "ortodoxia".
Ahora bien, nos preguntamos ¿cuál es la fuente en la que abrevan los difamadores? Al parecer ella se encontraría en un historiador hispanista, serio y respetable, el cual en una de sus obras incurrió en imprecisiones lamentables. Nos referimos al reconocido investigador Bernardo Lozier Almazan((1).
En efecto, este autor, en su libro “William Carr Beresford. Gobernador de Buenos Aires” afirma que el capitán ingles Alexander Gillespie, en una carta que escribió a Lord Perceval, el 3 de septiembre de 1810, refiriéndose a los firmantes del libro de juramentos; dijo: “observo en comparación con la lista de los que componen el actual gobierno de aquella ciudad los nombres de Castelli y Saavedra”. De éste último dice: “persona muy capaz, ha visitado Europa y Norte América, habla inglés con facilidad y es muy afecto a este país” [Gran Bretaña].
Pues bien la nota que Lozier cita esta entrecortada, y por ende se mal interpreta. El texto completo lo podemos ver en el libro “Proceso al Liberalismo”, de Atilio Garcia Mellid, y dice lo siguiente: “Con referencia a estos nombres (los de la lista de comprometidos) observo en comparación con la lista de los que componen el actual gobierno, un caballero don Francisco Jose Castelli, que sigue en orden a Saavedra, el jefe. Mis anotaciones agregadas a su firma (la de Castelli obviamente) son las siguientes: persona muy capaz, ha visitado Europa y norteamerica, habla inglés con facilidad y es muy afecto a este país”.
Como se ve del texto íntegro surge claramente que el único a quien Gillespie menciona como firmante es a Castelli (de quien consigna mal su nombre) y a Saavedra solo lo menciona para decir que Castelli lo seguía en orden.
Por otro lado, si fuera correcta la interpretación de Lozier (que no la es evidentemente) ¿como se explica que diga que Saavedra “ha visitado Europa y norteamerica, habla inglés con facilidad y es muy afecto a Gran Bretaña”; siendo que este nunca viajo a esos países? Es más, tampoco Castelli lo hizo. ¿Entonces a quien hacen referencia esos comentarios?
La respuesta la da Julio Chavez en su libro “Castelli el adalid de Mayo”. Allí este historiador explica que los datos que Gillespie consigna al lado de la firma de Castelli corresponden otra persona, a una amistad suya que aparentemente simpatizaba con los ingleses: el fundador del periódico El Telegrafo Mercantil (en el cual escribía Castelli) llamado Francisco Cabello y Mesa. Este dato está en un trabajo titulado “Juan José Castelli: de letrado colonial a patriota revolucionario” de Fabio Wasserman; quien dice lo siguiente: “Castelli … pudo haber sido uno de los vecinos que juraron lealtad a la Corona Británica. Si bien los documentos sobre esa jura fueron destruidos, el oficial inglés Alexander Gillespie recordaría que entre ellos estaba “Don Francisco José Castelli”. Aparte de la confusión en el nombre (que podría ser el de su hermano Francisco), también decía que era natural de Lima y que había visitado Europa y Norte América. Es por eso que Julio Chaves considera que se trataría de Francisco Cabello y Mesa, lo cual resulta verosímil si se considera su colaboración con los ingleses que le valdría un proceso por traición. Lo que sí parece seguro es que Castelli se reunió con Beresford apelando a una mediación del comerciante norteamericano Guillermo Pío White. Es probable que haya explorado la posibilidad de que Inglaterra apoyara la independencia, pero el general inglés carecía de instrucciones y no podía ofrecerle garantías sobre qué pasaría con los súbditos españoles que lo apoyaban en caso de que Inglaterra firmase un tratado devolviendo la ciudad a España.”
Con lo dicho queda perfectamente en claro que no existe ninguna prueba de que Saavedra haya firmado la ominosa lista de adhesión al rey inglés, como afirman los españolistas ideológicos. Es mas este en su Memoria autógrafa afirma que "es indudable, en mi opinión, que si se miran las cosas a buena luz, a la ambición de Napoleón y a la de los ingleses de querer ser dueños de América, se debe atribuir la revolución de Mayo de 1810". Ambiciones estas -digamos nosotros- absolutamente repudiadas por la inmensa mayoría de los habitantes de estas tierras, y por los representantes del mayo genuino, como Saavedra.
Resta decir que, si bien entre los actores de Mayo –y aun antes- hubo quienes actuaron a favor de la pérfida Albion; tal como lo denunció hace décadas el verdadero revisionismo histórico; sin embargo, ello no puede dar lugar a que gratuitamente se generalice una acusación en ese sentido como lo hacen los españolistas ideologizados. Un empeño tal no solo falsea la histórica, sino que además constituye una grave falta contra la virtud de la piedad y la justicia.
*Abogado y Profesor de Historia.
(1) Uno de los autores que se hace eco de esto es Julio Gonzalez, en su libro La involución hispanoamericana.